REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
CORTE DE APELACIONES SALA 1


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Sala Primera
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia
Maracaibo, 23 de Marzo de 2018
207º y 158º

ASUNTO PRINCIPAL : 11C-604918.-
ASUNTO : VP03-R-2018-000298.

DECISIÓN N° 318-2018.


PONENCIA DEL JUEZ DE APELACIONES ERNESTO ROJAS HIDALGO

Fueron recibidas las presentes actuaciones por esta Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en virtud del RECURSO DE APELACIÓN DE AUTOS, interpuesto por la abogada MIRILENA ARIZA, Defensora Pública Trigésima Séptima con competencia Penal Ordinaria, adscrita a la Unidad de Defensa Pública del estado Zulia, en su carácter de defensora del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, titular de la cédula de identidad N° 31.682.489, en contra de la decisión N° 153-18, de fecha 06 de Marzo del 2018, emanada del Juzgado Undécimo de Primera Instancia Estadal y Municipal en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, mediante la cual declaro Con Lugar la solicitud efectuada por la representación Fiscal y decreta la aprehensión en flagrancia de conformidad con lo establecido en el artículo 44.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la medida de privación judicial preventiva de libertad, en contra del mencionado imputado, de conformidad con lo establecido en los artículos 236 numerales 1, 2 y 3, 237 y 238 del Código Orgánico Procesal Penal, por encontrarse incurso en la presunta comisión del delito de TRAFICO ILICITO DE MATERIAL ESTRATEGICO, previsto y sancionado en el artículo 34 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el artículo 218 del Código Penal, OBSTACULIZACIÓN DE LAS VIAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el artículo 357 ejusdem y USO DE FACSIMIL, previsto y sancionado en el artículo 114 de ls Ley Para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, en consecuencia declara Sin Lugar la solicitud de la defensa de una medida menos gravosa, asimismo, acuerda proseguir la investigación por el procedimiento Ordinario, de conformidad a lo establecido en el artículo 373 del Texto Adjetivo penal.

Se ingresó la presente causa, en fecha 31 de Mayo de 2018, se dio cuenta en Sala, designándose como ponente al Juez Profesional ERNESTO ROJAS HIDALGO, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.

En fecha 04 de Junio del corriente año, se admitió el recurso interpuesto, por lo que encontrándose esta Alzada dentro del lapso legal, pasa a resolver la procedencia de la cuestión planteada en los siguientes términos:

I
DEL RECURSO PRESENTADO POR LA DEFENSA PUBLICA
Se evidencia en actas, que la profesional del derecho MIRILENA ARIZA, Defensora Pública Trigésima Séptima con competencia Penal Ordinaria, adscritos a la Unidad de Defensa Pública del estado Zulia, en su carácter de defensora del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, interpuso escrito recursivo contra la decisión N° 153-18, de fecha 06 de Marzo del 2018, emanada del Juzgado Undécimo de Primera Instancia Estadal y Municipal en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, en los siguientes términos:

Denuncia la defensa pública, que el Tribunal de Control procedió a dictar una medida de privación judicial preventiva de libertad sin tomar en cuenta lo alegado por la defensa en la audiencia de presentación y por ende incumplió con el mandato procesal de fundamentar sus decisiones, ya que, no existió una motivación que dé respuesta a lo solicitado por la misma.

Refiere la apelante, que la Jueza de Instancia violo los derechos y garantías constitucionales que le asisten a su defendido, en razón de una decisión carente de todo fundamento jurídico, que explique a ciencia cierta el porqué no le asistía la razón a la defensa, no comprendiendo su defendido, los motivos por los cuales se le decreto una medida privativa de libertad, así como, no estableció las razones por las cuales los hechos que dieron origen a la investigación corresponde con la precalificación realizada por el Ministerio Publico.

Planteó la profesional del derecho, que en cuanto a los elementos aportados por el Ministerio público, no se evidencia participación alguna de su representado con los hechos acontecidos, por cuanto, las mismas solo permiten ubicar a su defendido en el lugar de los hechos, más no indican que el mismo asumiera una conducta que pudiera subsumirse en algún tipo penal, asimismo, solo aportan el testimonio de los funcionarios actuantes más no de algún testigo que pueda dar fe de dicho procedimiento.

Argumento la recurrente, que no solo denuncia la falta de motivación en la decisión, sino que con una decisión acéfala de fundamento decrete una medida de privación de libertad, sin encontrarse llenos los extremos de ley, establecido en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, a tal efecto, es menester discriminar los supuestos que contiene la norma adjetiva para demostrar lo alegado en el acto de presentación de imputados, considerando y analizando el mal procedimiento realizado por los funcionarios actuantes, lo cual puede observarse de las actas presentadas por el Ministerio Publico.

Puntualizo quien recurre, que el legislador estipula como uno de los requisitos para decretar la privación judicial de libertad a un ciudadano, que existan fundados elementos de convicción para presumir que el imputado es autor o participe en los hechos acaecidos, es un requisito importante que se den los tres supuestos establecido en la norma, en virtud que son determinantes de la responsabilidad del imputado, y en el caso de marras se evidencia que no existe elementos de convicción alguno para considerar la existencia de los delitos imputados.

Concluye la defensora publica, solicitando a la Sala de la Corte de Apelaciones que le corresponda conocer el recurso interpuesto, sea declarado Con Lugar en la definitiva y en consecuencia, declare con lugar las denuncias expuestas, bajo los principios de justicia, seguridad y libertad.

II
CONSIDERACIONES DE LA SALA PARA DECIDIR
Realizado el exhaustivo análisis del recurso interpuesto por la defensa pública, coligen los integrantes de este Cuerpo Colegiado, que el mismo contiene dos particulares, los cuales están dirigidos a cuestionar que no están dados los supuestos establecidos en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, para decretar la medida de coerción personal decretada en contra del procesado de autos y la motivación del fallo impugnado.
Las anteriores denuncias esta Sala de Alzada pasa a resolverlas de la manera siguiente:

En cuanto a la primera denuncia del escrito recursivo, planteó la recurrente que la decisión la decisión Nº 153-18, de fecha 06 de Marzo del 2018, dictada por el Juzgado Undécimo de Primera Instancia Estadal en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, adolece del vicio inmotivación, ya que la Jueza a quo no se pronuncio con respecto a lo solicitado por la defensa en la audiencia de presentación, incumpliendo con el mandato procesal de fundamentar sus decisiones, ya que a su juicio, no existió una motivación que dé respuesta a lo solicitado por la misma; a los fines de resolver tal alegato, estos Jurisdicentes, estiman pertinente traer a colación extractos de la resolución recurrida:

“…En el presente caso, la detención de el ciudadano FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR, TITULAR DE LA CÉDULA DE IDENTIDAD N° V-31.682.489, fue efectuada sin que existiese previamente orden judicial, razón por la cual es necesario definir la existencia o no de flagrancia para que se pueda configurar la aprehensión antes mencionada de una manera que no contradiga el Texto Constitucional, para lo cual nos apoyaremos en lo expresado por nuestro máximo Tribunal, en Sala Constitucional, Sentencia N° 2580, de fecha 11-12-01, (…). Es decir, el delito se cometió, y de seguidas se percibió alguna situación que permitió hacer una relación inmediata entre el delito cometido y la persona que lo ejecutó, por todo lo antes expuesto y habida cuenta que de las actas que componen la presente causa se evidencia de forma clara y precisa las circunstancias de tiempo, modo y lugar, como ocurrieron los hechos imputados en este acto. En ese sentido, en este caso se hace constar que el ciudadano imputado fue capturado siendo identificado como FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR. TITULAR DE LA CÉDULA DE IDENTIDAD N° V-31.682.489, (…), por lo que a todas luces es un procedimiento lícito, cuyas evidencias quedan registradas en registro de cadena de custodia, y los actuantes practican la aprehensión siendo los funcionarios policiales finalmente, quienes le dan lectura a sus derechos, y realizan la inspección del sitio y fijaciones fotográficas, por lo que lo procedente en este caso es declarar la aprehensión en flagrancia (…), por los motivos expuestos, a quien se le imputa formalmente en este acto la presunta comisión de ¡os delitos TRÁFICO ILÍCITO DE MATERIAL ESTRATÉGICO, previsto y sancionado en el articulo, 34 de la Ley Contra La Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, cometido en perjuicio, del ESTADO VENEZOLANO, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el articulo 218 del código penal, OBSTACULIZACIÓN DE LAS VÍAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el articulo 357 en su encabezado del código penal y USO DE FASCIMIL previsto y sancionado en e! articulo 114 de la Ley para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, precalificaciones jurídicas que comparte esta Juzgadora perfectamente, en tanto encuadran con la narración de hechos que se encuentran establecidas en las incipientes actuaciones de investigación, no siendo impretermitible que el material incautado pertenezca a empresa pública, o se haya determinado inmediatamente su procedencia, ya que el Estado se reservo ese tipo de material, y el delito es en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, constituyendo igualmente una precalificación jurídica que puede variar en el devenir de la propia investigación, igualmente en registro de cadena de custodia se encuentran las evidencias físicas incautadas, y mal puede decir esta Juzgadora que no ocurrieron los intercambios de disparos ya qué eran varice sujetos y se mencionan que todos estaban armados, aun cuando el arma incautada al imputado se identificara como fascímil, por lo que se declara SIN LUGAR la solicitud de la Defensa Pública, de acuerdo a los alegatos esgrimidos y cuando peticiona una medida menos gravosa a favor de su patrocinado. Asimismo, en virtud de que se evidencian fundados elementos de convicción que hacen presumir al Tribunal tanto la existencia de los delitos, como la presunta participación del hoy imputado en la comisión del mismo, como lo son: 1.- ACTA POLICIAL: de fecha 05 de Marzo de 2018 suscrita por funcionarios adscritos a la GUARDIA NACIONAL BOLIVARIÁNA, COMANDO DE ZONA NRO 11, DESTACAMENTO NRO. 112, CUARTA COMPAÑÍA, COMANDO ZONA (…), 2.- ACTA DE NOTIFICACIÓN DE DERECHOS: de fecha 05 de Marzo de 2018 (…), 3.- FIJACIÓN DE FICHA FOTOGRÁFICA DEL IMPUTADO (…), 4.- ACTA DE INSPECCIÓN TÉCNICA (…), 5.- RESEÑA FOTOGRÁFICA (…), 6.- ACTA DE ASEGURAMIENTO DE EVIDENCIAS (…), 7.- PLANILLA DE CADENA DE CUSTODIA DE EVIDENCIAS FÍSICAS (…).
Actas todas estas donde se evidencian rodos y cada uno de los elementos de convicción fundados para presumir que el imputado FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR, (…), es autor o participe en la presunta comisión de los delitos imputados en este acto, tales como TRAFICO ILÍCITO DE MATERIAL ESTRATÉGÍCA , previsto y sancionado en el articulo 34 de la Ley Contra La Delincuencia Organizada Financiamiento al Terrorismo, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el articulo 218 del Código Penal, OBSTACULIZACIÓN DE LAS VÍAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el articulo 357 en su encabezado del Código Penal, USO DE FASCIMIL, previsto y sancionado en el articulo 114 de la Ley para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, siendo a juicio de quien decide el devenir de la propia investigación la cual se encuentra en esta etapa procesal en fase incipiente, la que determine en definitiva la responsabilidad penal o no del hoy imputado en los tipos penales precalificado en esta audiencia, los cuales pueden variar en el devenir de la propia investigación, pues es menester aclarar las circunstancias del caso.

Ahora bien: la defensa técnica del ciudadano FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR, (…) manifiesta entre otras cosas que no existen suficientes elementos de convicción en el delito imputado por el Ministerio Público, en contra de su defendido y consecuencialmente solicita la aplicación de una de las medidas cautelares sustitutivas de libertad de las contempladas en el artículo 242 del Código Orgánico Procesal Penal, En el caso concreto, existe una presunta relación entre los hechos punibles acaecidos y la persona que en este acto ha sido presentada por el Ministerio Publico, vale decir, el ciudadano FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR, (…). Por lo que, considera quien aquí decide, que sus detenciones no se realizaron por simple arbitrariedad del cuerpo policial encargado de la investigación, sino que la misma obedeció a que el mismo se encontraba presuntamente incurso en la comisión del hecho punible sancionado en nuestras leyes penales. Respecto a la medida cautelar solicitada, este Tribunal estima necesario señalar, que sí bien es cierto la presunción de inocencia y el principio de afirmación de libertad constituyen garantías constitucionales y dos de los principios rectores del actual sistema de juzgamiento penal; no obstante los mismos no deben entenderse como un mecanismo de impunidad frente a los distintos flagelos que azotan nuestra sociedad, pues para ello y con el objeto de asegurar las resultas del proceso y la finalidad del mismo existe en nuestro Código Orgánico Procesal Penal el instituto de las Medidas de Coerción Personal, que vienen a asegurar, en un proceso más garante los resultados de los diferentes juicios; y las cuajes pueden consistir, en una medida de Privación Judicial Preventiva de libertad b en el otorgamiento de una Medida Cautelar Sustitutiva de Libertad, en cualquiera de las modalidades que contempla nuestra ley adjetiva penal, en procesos tan graves como el que nos ocupa. En este sentido, la imposición de cualquier medida de coerción personal, evidentemente debe obedecer a una serie de criterios y juicios debidamente razonados y ponderados por los distintos jueces penales que se encamine a conseguir el debido equilibrio que exige tanto el respeto al derecho de los procesados penalmente a ser juzgados en libertad, como al derecho de asegurar los intereses sociales en la medida en que se garantizan las futuras y eventuales resultas de los juicios. Ahora bien, dicho juicio de ponderación requiere de una valoración racional y coherente de los diversos elementos y medios de convicción que en favor o en contra del imputado, a consideración del respectivo Juez o Jueza, quien en atención a la fase en que se encuentre el proceso, deberá mensurar sus necesidades, al momento de definir a medida de coerción personal a decretar. Elementos estos que no se evidencian del contexto de la exposición hecha por la defensa del imputado, por lo cual los ofrecimientos hechos por la defensa, no constituyen garantía suficiente para garantizar las resultas de este proceso iniciado en contra de sus defendidos, considera quien aquí que lo procedente en el caso bajo estudio, es atender la petición fiscal por cuanto esta Juzgadora de mérito observa que nos encontramos en el inicio de la fase investigación o preparatoria del proceso penal, que es aquella que corresponde como su propio nombre lo indica a la preparación de la imputación y a los argumentos de los medios de pruebas y que consiste en el conjunto de actas y actos procesales que se practican desde que se tiene conocimiento de la presunta comisión de un hecho punible, mediante la investigación de la a verdad y recolección de todos los convicción que sirva para fundar un acto conclusivo por lo que se tendrán en consideración todos los elementos que sirvan no solo para culpar sino para exculpar a los imputados. Analizadas como han sido las actuaciones que conforman la presente causa que las Físgales del Ministerio Público acompañan en su requerimiento, resulta en efecto posible evidenciar, que la conducía asumida por el imputado encuadra dentro de los tipos penales de TRAFICO ILÍCITO DE MATERIAL ESTRATÉGICO, previsto y sancionado en el articulo 34 de la Ley Contra La Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, cometido en perjuicio de *EL ESTADO VENEZOLANO, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el articulo 218 del Código Penal y OBSTACULIZACIÓN DE LAS VÍAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el artículo 357 en su encabezado del Código Penal, y USO DE FASCIMIL, previsto y sancionado en el artículo 114 de la Ley para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO; tal y como quedó evidenciado del contendido de las actas y muy concatenado con el acta policial y demás actuaciones que el Ministerio Público acompaña a su requerimiento, donde se expresan las circunstancias de tiempo, modo y lugar que dieron origen a la aprehensión del imputado de autos….” (Negrillas del Tribunal Colegiado)

Por lo que una vez plasmados extractos del fallo impugnado, los integrantes de este Cuerpo Colegiado, estiman pertinente realizar las siguientes consideraciones:
El artículo 232 del Código Orgánico Procesal Penal, establece: “Las medidas de coerción personal sólo podrán ser decretadas conforme a las disposiciones de este Código, mediante resolución fundada…”, tal obligación del Tribunal, viene a ser la ratificación del principio fundamental de nuestro ordenamiento procesal penal, establecido en el artículo 157 del texto adjetivo penal: “Las decisiones del tribunal serán emitidas mediante sentencias o autos fundados, bajo pena de nulidad, salvo los autos de mera sustanciación…”.
Así se tiene que, el deber de motivar sus decisiones, que se le impone al órgano jurisdiccional viene a ser una real y efectiva garantía del derecho a la defensa cuya violación genera de conformidad con lo dispuesto en el artículo 175 del Código Orgánico Procesal Penal, la más grave sanción procesal, la nulidad absoluta de las actuaciones realizadas en violación a este derecho de rango constitucional, previsto en el artículo 49 ordinal 1° de la Carta Magna.
Solo a través de decisiones debidamente razonadas y fundamentadas puede el Tribunal imponer obligaciones a las partes en el proceso, porque es de esa manera que puede controlarse que la actividad jurisdiccional esté efectivamente apegada al ordenamiento legal vigente y que esa manifestación del Tribunal sea efectivamente el ejercicio de las facultades que le confiere la ley, pero además permiten el conocimiento a las partes de las razones que sirven de base a la decisión judicial, y así pueden efectivamente ejercer su derecho a la defensa, porque son precisamente esas razones las que van a ser impugnadas en el caso que los afectados las consideren improcedentes o ilegales.
Las decisiones de los Jueces no deben ser, ni pueden tener la apariencia de un producto del capricho de los funcionarios, por eso es que deben estar debidamente razonadas y fundadas en las disposiciones legales aplicables al caso particular, en el caso de las medidas de coerción, si éstas han sido ordenadas a través de una decisión que carece de motivación, no sólo la propia decisión, sino que las medidas que de ella derivan, deben ser declaradas como inexistentes, porque están viciadas de nulidad absoluta, lo que quiere decir que no pueden ser subsanadas o corregidas, sin que puedan alegarse razones de ningún tipo, para pretender mantener su vigencia.
En este sentido, y específicamente en lo que se refiere a la motivación de las decisiones judiciales, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 718, de fecha 01 de junio de 2012, con ponencia de la Magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, dejó sentado:

“…Así pues, es de resaltar que la decisión ha de estar motivada, en el sentido de contener los elementos y razones de juicio que permitan conocer cuáles han sido los criterios jurídicos que fundamentan la decisión y asimismo que dicha motivación se encuentre fundada en derecho, es decir, ésta debe ser una consecuencia del análisis racional del ordenamiento y no fruto de la arbitrariedad de los jueces, lo cual no predetermina una expectativa de derecho a que esta resolución sea favorable o no en derecho, ni que las causas respondan a una irracionalidad en su contenido o en atención al orden axiológico de sus argumentos para proceder a su fundamentación o a la extensión en su motivación, siempre y cuando en relación a este último elemento valorativo, que la misma sea suficiente y no a un razonamiento exhaustivo y pormenorizado de todos los aspectos.
En consecuencia, la extensión de la motivación no es un vicio de inmotivación preliminarmente, sino que requiere i) el análisis individualizado para determinar si la exigüidad en la motivación puede o no vulnerar un derecho constitucional. En este sentido, resulta ilustrativo citar sentencia del Tribunal Constitucional Español n° 147/1987, en la cual se dispuso breve pero concisamente que “una motivación escueta y concisa no deja, por ello, de ser tal motivación”; y/o ii) si esos motivos constituyen el fundamento único de la decisión o si los mismos son complementarios al fundamento principal de la decisión, ya que las referidas circunstancias permiten valorar o no la procedencia del vicio acaecido…” .(Subrayado son de esta Alzada).


Ahora bien, al ajustar el anterior criterio jurisprudencial al caso que se analiza, concluyen los integrantes de esta Sala de Alzada, que la razón no le asiste a la defensa publica, por cuanto la resolución impugnada se encuentra debidamente motivada, ya que contiene argumentos válidos y legítimos, articulados con los principios y normas del ordenamiento jurídico, y que hacen procedente la medida de privación judicial preventiva de libertad dictada en contra del ciudadano FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, además preservó no solo el derecho a la defensa, sino también a la tutela judicial efectiva y el debido proceso, pues las partes pueden apreciar la solución que se ha dado al caso concreto, la cual es producto de una exégesis racional de la Juzgadora, luego de analizados los diversos elementos de convicción que le fueron presentados en el acto de presentación de imputados.
Constatan estos Jurisidicentes, que la decisión impugnada a diferencia de lo expuesto por la recurrente, no adolece del vicio de inmotivación, puesto que de ella puede colegirse con claridad, cuáles han sido los motivos que llevaron a la Jueza de Instancia, al dictamen de la medida de coerción, ya que plasmó de manera pormenorizada los elementos de convicción que hacían procedente la medida de coerción impuesta, así como también se refirió al peligro de fuga, y de obstaculización, argumentos que en su criterio hacían viable, adecuada y proporcional la medida de privación judicial preventiva de libertad decretada en contra del imputado de autos, ya que los delitos imputados son considerados delitos que causan gran daño a la comunidad ó colectividad, desechando el dictamen de una medida cautelar sustitutiva de la privación de libertad, por cuanto con la misma no podría garantizarse, ni la persecución penal ni las resultas del proceso.
En el mismo orden de ideas, quiere dejar sentado esta Sala de Alzada, que si bien es cierto que por mandato expreso de nuestro legislador las decisiones mediante las cuales se decreten medidas de coerción personal requieren estar fundadas, a los efectos de brindar seguridad jurídica a las partes intervinientes en la medida que expresan cuales fueron los elementos que llevaron al Juzgador o Juzgadora a decretar la medida impuesta, no menos cierto resulta, que las decisiones que ordenan en una audiencia de presentación, la imposición de una medida de coerción personal como lo es la de privación judicial preventiva de libertad, tal como ocurrió en el presente caso, no se les puede exigir por lo inicial del proceso, las mismas condiciones de exhaustividad que se pueden y deben esperar de una decisión llevada a cabo en un estado procesal posterior como lo sería el de audiencia preliminar, o las tomadas en la fase de juicio o en ejecución, pues los elementos con los que cuenta el o la Jueza en estos casos no son iguales ni en su cantidad, ni en comprensión a los que posee en la audiencia de presentación; por tanto, de la revisión realizada a la decisión recurrida se evidencia que la Jueza de Instancia dio respuesta a los solicitudes planteadas por la partes en el acto de la audiencia de presentación, así como planteó el porqué no procedía en el presente caso una medida menos gravosa; siendo lo ajustado a derecho, de conformidad con lo anteriormente explicado es declarar SIN LUGAR la primera denuncia del recurso interpuesto. ASÍ SE DECIDE.
En cuanto a la segunda denuncia del escrito recursivo, ataca la apelante que no están dados los supuestos establecidos en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, para decretar la medida privativa de libertad en contra del ciudadanos FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, en virtud que no existe fundados elementos de convicción para estimar que su defendidos, haya sido autor o partícipe en la comisión del delito imputado por el Ministerio Publico.
En aras de dilucidar tal planteamiento, este Tribunal Colegiado, luego del examen realizado al fallo impugnado y transcrito precedentemente, así como, a las actas que conforman el presente asunto, estima pertinente, acotar lo siguiente:
Esta Sala de Alzada verifica de la decisión recurrida, que la Jueza de mérito identificó la existencia del delito en razón de lo expuesto en las actas policiales, e igualmente constató suficientes elementos de convicción para considerar la presunta participación del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, en los tipos penales de TRAFICO ILICITO DE MATERIAL ESTRATEGICO, previsto el artículo 34 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el artículo 218 del Código Penal, OBSTACULIZACIÓN DE LAS VIAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el artículo 357 ejusdem y USO DE FACSIMIL, previsto y sancionado en el artículo 114 de la Ley Para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, aunado a la pena que pudiera llegar a imponerse en caso de ser considerado culpable, y a la magnitud del daño causado, lo cual no sólo se refiere al delito sino a la repercusión social del daño causado, todo lo cual racionalmente satisfacen las exigencias contenidas en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con las normas establecidas en los artículos 237 y 238 ejusdem, siendo procedente la medida de privación judicial preventiva de libertad decretada en contra del mencionado imputado.
Ello es así, puesto que de las actas que cursan a la presente incidencia, se constatan elementos de convicción suficientes que hacen presumir la autoría o participación de los encartados de marras en el tipo penal endilgados por el representante del Ministerio Publico, elementos estos como:
- Acta Policial N° 010, de fecha 05 de Marzo del 2018, suscrita por funcionarios adscritos a la Guardia Nacional Bolivariano, Comando de Zona N° 11, Cuarta Compañía, Cuarto Pelotón, donde dejan constancia que:
“…aproximadamente a las 01:00 horas de la tarde, se recibió llamada telefónica (anónima) donde nos informan que en la vía principal troncal (sic) del caribe, específicamente entrada del sector trocha la "80" se encontraban varios sujetos con armas de fuego, trancando la mencionada arteria vial con obstáculos (troncos y palos), Intentando paralizar los vehículos de transporte publico para robar a tos pasajeros,, posteriormente nos comisionamos y partimos al sitio antes mencionado en dos (02) vehículos tipo motocicletas, adscritas a esta unidad militar, al llegar al sitio logramos observar precisamente a seis (06) sujetos que se encontraban colocando obstáculos en la vía, a quienes te dimos la voz de alto, todos portando armas de fuego en sus manos, haciendo frente a la comisión accionando sus armas, originándose un Intercambio de disparos, seguidamente se Internaron entre las malezas y otros dos (02) intentaron huir por un camino de tierra, denominada trocha la 80, que conlleva a la República de Colombia a una distancia de quinientos metros (500) aproximadamente, recorridos pocos metros en el interior del camino de tierra denominado trocha la 80, le dimos alcance, logrando la captura de estos dos (02) individuos, una vez en el sitio procedemos a identificar a los sujetos, el primero portador de la cédula de identidad a nombre FRANCISCO JOSÉ FERNANDEZ PALMAR, numero V-31.682.489, (…), quien portaba en su mano derecha un (facsímil) de madera y metal de color negro, semejante a un arma de fuego tipo pistola, igualmente portaba en su espalda un bolso tipo morral de color amarillo, azul y rojo, el cual Contenía en su interior varios restos de material ferroso (alambre cobre) y cinco (05) cartuchos calibre 7,62X39 milímetros sin percutir, (…), en vista de tal situación se informó a los ciudadanos en la situación que se encontraba incurso y a efectuarle las detenciones preventivas basados en el articulo 234 del Código Orgánico Procesal Penal, …”
- Acta de Inspección Técnica y Reseña Fotográfica del Procedimiento, de fecha 05-03-2018, suscrita por funcionarios adscritos al Comando de Zona N° 11, Cuarto Pelotón, de la Guardia Nacional Bolivariana, donde dejan constancia del lugar donde ocurrieron los hechos.
- Fijación fotográfica de Evidencias Físicas, de fecha 05-03-2018, suscrita por funcionarios adscritos al Comando de Zona N° 11, Cuarto Pelotón, de la Guardia Nacional Bolivariana, donde dejan constancia del lugar donde ocurrieron los hechos.
- Cadena de Custodia de Evidencias Fisicas, suscrita por funcionarios adscritos al Comando de Zona N° 11, Cuarto Pelotón, de la Guardia Nacional Bolivariana, donde dejan constancia de la evidencia incautada “ – UN (01) ARMA DE FUEGO TIPO ESCOPETA CAÑON CORTO, MARCA RR RUGER U.S.A. CALIBRE 16 MILIMETROS, UN (01) (FACSIMIL) DE MADERA Y METAL DE COLOR NEGRO, SEMEJANTE A UN ARMA DE FUEGO TIPO PISTOLA, UN (01) BOLSO TIPO MORRAL DE COLOR AMARILLO AZUL Y ROJO, CONTENTIVO EN SU INTERIOR VARIOS RESTOS DE MATERIAL FERROSO (ALAMBRE COBRE) CON UN PESO BRUTO DE CINCO (05) KILOGRAMOS y DIEZ (10) CARTUCHOS CALIBRE 7,62X39 MILIMETROS SIN PERCUTIR…”
Así las cosas, los integrantes de este Tribunal de Alzada, estiman pertinente destacar, que la Jueza de Instancia, tomando en consideración los elementos recabados por el Ministerio Público en la investigación llevada a cabo en la presente causa, y que le fueron presentados en el acto de presentación de imputado, determinó en su decisión que se encontraban satisfechos los extremos exigidos en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, haciendo énfasis justamente en los elementos de convicción para el dictado de la medida privativa de libertad, por lo que en virtud de tales argumentos, surge la convicción para los integrantes de esta Sala, que se encuentra acreditada la existencia de un hecho punible que merece pena privativa de libertad, cuya acción penal no se encuentra evidentemente prescrita, así como fundados elementos de convicción que comprometen la presunta autoría o participación del imputado de autos en tales hechos, de igual manera se evidencia una presunción razonable de peligro de fuga, que no solo se da cuando la pena exceda de diez (10) años, sino dada la magnitud del daño causado, pues los delitos imputados atenta contra el bien jurídico, como es la propiedad, pues el robo de cable atenta contra la tranquilidad y el bienestar de la comunidad, considerado delito de gran magnitud por el daño causado, aunado a la forma como se realizó la aprehensión del imputado de autos.
Por lo que se desprende de las actuaciones insertas a la causa, que en el caso examinado, no se violentó el contenido de los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tal como lo alegó la defensa privada, pues el fallo es producto del análisis de las actas, que contienen los elementos de convicción que satisfacen los extremos del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, en concordancia con los artículos 237 y 238 ejusdem, los cuales envuelven las circunstancias que deben ponderarse para determinar la existencia del peligro de fuga y de obstaculización, y es por tales motivos que la Juzgadora procedió al dictado de la medida de privación judicial preventiva de libertad en contra del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, por tanto, con la medida decretada lo que se busca es garantizar las resultas del proceso, así como también salvaguardar la investigación, afirmación que resulta corroborada con la opinión del autor Orlando Monagas Rodríguez, expuesta en su ponencia “Privación Judicial Preventiva de Libertad”, extraída de la Obra “Debido Proceso y Medidas de Coerción Personal”, pág 58:

“…la detención preventiva solamente encuentra justificación cuando persigue alguno de los fines siguientes: 1) Asegurar la presencia del imputado. 2) Permitir el descubrimiento de la verdad. 3) Garantizar la actuación de la ley penal sustantiva. Como se ve, estos fines son de estricto carácter procesal y ubican a la detención preventiva en su exacto lugar de medida cautelar. De esta conclusión deriva que solo para cumplir con fines procesales, se puede decretar la prisión provisional, la cual no puede estar al servicio de fines distintos”. (Las negrillas son de este Órgano Colegiado).


Para reforzar lo anteriormente expuesto, resulta pertinente citar la sentencia N° 595, de fecha 26 de Abril de 2011, emanada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado Francisco Carrasquero, en la cual se dejó establecido que:

“…la legitimidad constitucional de la prisión provisional exige que su configuración y su aplicación tengan, como presupuesto, la existencia de indicios racionales de la comisión de una acción delictiva; como objetivo, la consecución de fines constitucionalmente legítimos y congruentes con la naturaleza de la medida; y como objeto, que se la conciba, tanto en su adopción como en su mantenimiento, como una medida de aplicación excepcional, subsidiaria, provisional y proporcionada a la consecución de los fines antedichos que constitucionalmente la justifican y delimitan..
…esta Sala considera que los jueces de la República, al momento de adoptar o mantener sobre un ciudadano, venezolano (a) o extranjero (a), la medida de privación judicial preventiva de libertad, debe llevar a cabo la articulación de un minucioso análisis de las circunstancias fácticas del caso que se someta a su consideración, y tomar así en cuenta, además del principio de legalidad (nulla custodia sine lege), la existencia de indicios racionales de criminalidad en el caso concreto, y adoptar-o mantener- la antedicha provisión cautelar como una medida excepcional, subsidiaria, provisional, necesaria y proporcional a la consecución de los fines supra indicados…”. (Las negrillas son de la Sala).


También resulta propicio plasmar lo expuesto en sentencia N° 102, de fecha 18 de Marzo de 2011, emanada de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, cuya ponencia estuvo a cargo de la Magistrada Ninoska Beatriz Queipo Briceño, en la cual se dejó sentado:

“… las medidas de coerción personal, tienen como objeto principal, servir de instrumentos procesales que garanticen la permanencia y sujeción de los procesados penalmente, al desarrollo y resultas del proceso criminal que se les sigue; ello, en atención a que el resultado de un juicio, puede potencialmente conllevar a la aplicación de penas corporales, que de no estar debidamente garantizado mediante medidas instrumentales, como lo son las medidas coercitivas, pudieran hacer ilusoria la ejecución de la sentencia…
“…la finalidad instrumental de las medidas de coerción personal, deben acoplarse los principios de proporcionalidad, y afirmación de libertad; según los cuales en el primero de los caso- proporcionalidad-, la medida de coerción personal impuesta, debe ser equitativamente igual a la magnitud del daño que causa el delito, la probable sanción a imponer y que no perdure por un período superior a dos años, o al término menor de la pena que prevé el respectivo delito, todo ello a los fines de no convertir una medida cautelar preventiva en una pena anticipada; y en el segundo de los referidos principios- afirmación de la libertad- la privación judicial preventiva de libertad, constituye una medida de carácter excepcional, sólo aplicable en los casos expresamente autorizados por la ley”. (Las negrillas son de esta Alzada).


Con respecto a los alegatos planteados por la recurrente, relativos a que no existen suficientes elementos de convicción que comprometan la responsabilidad penal de su defendido en la comisión del delito imputado por el Ministerio Público, por lo que, no tiene sustento alguno la medida de coerción impuesta a su patrocinado; en tal sentido los integrante de este Órgano Colegiado, consideran necesario destacar que actualmente nos encontramos en la fase inicial tiene como objeto la preparación del juicio oral, y su labor esencial es la búsqueda de la verdad, por lo que el Representante de la Vindicta Pública está en la obligación de proporcionarle al imputado todos aquellos elementos exculpatorios que lo favorezcan, o en caso contrario, solicitar su enjuiciamiento, o dictar otro acto conclusivo.
Por lo tanto, si bien es cierto que tanto el Representante Fiscal como la Jueza de Control en su decisión, deben velar por la incolumidad del principio de presunción de inocencia que ampara al imputado, también lo es que el caso bajo estudio está en una fase inicial en la cual se realizarán una serie de diligencias de investigación para determinar la forma como ocurrieron los hechos, aunado a que el dictamen de la medida de coerción fue producto del cúmulo de elementos de convicción presentados por el Ministerio Público a la Juzgadora en el acto de presentación de imputado, producto de la investigación desarrollada; por lo que no comparten, quienes aquí deciden, las afirmaciones expuestas por la apelante en su escrito recursivo, ya que la medida de coerción se encuentra fundada en una serie de elementos que fueron tomados en cuenta por la Jueza de Instancia para sustentar su fallo.
Ahora bien, en lo que respecta al extremo contenido en el ordinal 3° del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, estima esta Sala que en el presente caso, el peligro de fuga nace de la posible pena a imponer y la magnitud o gravedad que causa el delito precalificado en la audiencia de presentación, pues se trata de un hecho delictivo grave, que atenta contra el derecho de propiedad y la tranquilidad de la comunidad quien últimamente ha sido objeto de constante robo de cables eléctricos, los cuales son vendidos en el vecino país, resultando evidente, que emerge en el caso bajo análisis, uno de los extremos contenidos en dicha disposición, ello es el peligro de fuga, en atención a lo dispuesto en el artículo 237 ordinales 2°, 3° y parágrafo primero de la mencionada disposición, los cuales expresamente disponen:
“Artículo 237. Peligro de fuga. Para decidir acerca del peligro de fuga se tendrán en cuenta, especialmente, las siguientes circunstancias:
Omisis…
2. La pena que podría llegarse a imponer en el caso;
3. La magnitud del daño causado;
Omisis…
Parágrafo Primero: Se presume el peligro de fuga en casos de hechos punibles con penas privativas de libertad, cuyo término máximo sea igual o superior a diez años…”

Con respecto al peligro de fuga, el Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Constitucional, mediante sentencia de fecha 15 de Diciembre de 2005, con ponencia de la Magistrada Luisa Estella Morales, destacó:
“… el peligro de fuga reviste una apreciación discrecional que dependerá en todo caso de la ponderación de las circunstancias que del caso en concreto realice el juez, cuya limitación legal se encuentra establecida en los artículos 250 y 252 del Código Orgánico Procesal Penal…

...esta Sala observa que la norma contenida en el artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal, dispone una excepción al derecho constitucional a ser juzgado en libertad, que obedece a la existencia de un hecho punible que merezca pena privativa de libertad, cuya acción penal no se encuentre prescrita y existan fundados elementos de convicción para estimar que el imputado ha sido autor del delito, además de una presunción razonable de peligro de fuga. En efecto, el artículo 250 eiusdem, le otorga expresamente al juez la facultad de valorar y determinar cuándo se encuentran presentes los supuestos exigidos para la procedencia de la medida preventiva de privación de libertad, por tanto, es potestad exclusiva del juez determinar cuándo existe la presunción razonable de peligro de fuga”. (El destacado es de la Sala).


La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 389, de fecha 19 de agosto de 2010, con respecto al peligro de fuga y obstaculización, indicó lo siguiente:
“…Igualmente, en atención a las decisiones que se dicten con arreglo a las medidas privativas de libertad, el juzgado deberá razonar y exponer, con argumentos basados en autos y criterio jurídico propio, por qué en su concepto, además de los presupuestos de procedencia, relatados en el artículo 250 del Código Adjetivo, existe en el caso sometido a su prudente arbitrio, un real peligro de fuga, de acuerdo a los parámetros del artículo 251 eiusdem, o por qué existe, el peligro de obstaculización (artículo 251 ibídem), en el proceso en curso.
Tal criterio judicial, fue explicado por la Sala de Casación Penal, en varias ocasiones, y particularmente, en una oportunidad, reflexionó así:
“...Del artículo trascrito se infiere, que estas circunstancias no pueden evaluarse de manera aislada, sino por el contrario, deben analizarse con los diversos elementos presentes en el proceso, que permitan juzgar si existe objetivamente una presunción real de fuga o de obstaculización de la investigación, y así evitar vulnerar los principios de la afirmación y el estado de libertad, establecidos en los supra citados artículos 9 y 243 del Código Orgánico Procesal Penal...”. (Decisión N° 242 del 28 de abril de 2008)…”. (Las negrillas son de esta Sala de Alzada).

En atención a los razonamientos expuestos, estima esta Sala que efectivamente se configuran una serie de criterios legales que permiten estimar el peligro de fuga, en el caso sometido a estudio, y en consecuencia hacen procedente la medida de privación judicial preventiva de libertad decretada, garantizando con ello las resultas del proceso, al estimar la Jueza de Instancia que los supuestos que motivaron la detención preventiva no pueden ser satisfechos con la aplicación de una medida menos gravosa, por tanto, no resulta procedente su dictamen a favor del ciudadano FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR.
De manera tal que, a criterio de este Órgano Colegiado, los argumentos que buscan atacar la vigencia de la medida de coerción personal decretada por la Instancia, sobre la base de que no se encuentran llenos los extremos del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, debe desestimarse por no ajustarse a la realidad de los hechos que se verifican en la presente incidencia de apelación.
Por lo que en sintonía con todo lo anteriormente explicado, estiman quienes aquí deciden que lo ajustado a derecho es declarar SIN LUGAR la segunda denuncia contenido en el recurso de apelación interpuesto. ASÍ SE DECIDE.

En virtud de todo lo anteriormente expuesto, esta Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, considera procedente declarar SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por la abogada MIRILENA ARIZA, Defensora Pública Trigésima Séptima con competencia Penal Ordinaria, adscritos a la Unidad de Defensa Pública del estado Zulia, en su carácter de defensora del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, titular de la cédula de identidad N° V- 31.682.489, y en consecuencia se CONFIRMA la decisión N° 153-18, de fecha 06 de Marzo del 2018, emanada del Juzgado Undécimo de Primera Instancia Estadal y Municipal en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, mediante la cual declaro Con Lugar la solicitud efectuada por la representación Fiscal y decreta la aprehensión en flagrancia de conformidad con lo establecido en el artículo 44.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la medida de privación judicial preventiva de libertad, en contra del mencionado imputado, de conformidad con lo establecido en los artículos 236 numerales 1, 2 y 3, 237 y 238 del Código Orgánico Procesal Penal, por encontrarse incurso en la presunta comisión del delito de TRAFICO ILICITO DE MATERIAL ESTRATEGICO, previsto y sancionado en el artículo 34 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, previsto y sancionado en el artículo 218 del Código Penal, OBSTACULIZACIÓN DE LAS VIAS DE CIRCULACIÓN, previsto y sancionado en el artículo 357 ejusdem y USO DE FACSIMIL, previsto y sancionado en el artículo 114 de ls Ley Para el Desarme y Control de Municiones, cometido en perjuicio del ESTADO VENEZOLANO, en consecuencia declara Sin Lugar la solicitud de la defensa de una medida menos gravosa. Acuerda proseguir la investigación por el procedimiento Ordinario. Y ASI SE DECIDE.

DISPOSITIVA
Por los fundamentos anteriormente expuestos, esta SALA PRIMERA DE LA CORTE DE APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA, Administrando Justicia, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, declara:

PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por la abogada MIRILENA ARIZA, Defensora Pública Trigésima Séptima con competencia Penal Ordinaria, adscritos a la Unidad de Defensa Pública del estado Zulia, en su carácter de defensora del imputado FRANCISCO FERNANDEZ PALMAR, titular de la cédula de identidad N° V-31.682.489.

SEGUNDO: CONFIRMA la decisión recurrida, resultando improcedente la aplicación de una medida menos gravosa solicitada por la defensa publica.

Publíquese, regístrese y remítase la presente causa en la oportunidad legal correspondiente, a los fines legales consiguientes.
LOS JUECES DE APELACIÓN


MARÍA CHOURIO URRIBARRÍ
Presidenta



MAURELYS VÍLCHEZ PRIETO ERNESTO ROJAS HIDALGO
Ponente


YEISLY MONTIEL ROA
La Secretaria

En la misma fecha se publicó la decisión anterior, se registró bajo el No. 318-2018 en el Libro de Decisiones llevado por esta Sala.


YEISLY MONTIEL ROA
LA SECRETARIA





ASUNTO PRINCIPAL : 11C-6049-18.-
ASUNTO : VP03-R-2018-000298.