Exp. No. 14426.-




JUZGADO CUARTO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL
DEL ESTADO ZULIA.
Maracaibo, 07 de octubre de 2015
205º y 156º

Vista la solicitud planteada por el abogado en ejercicio RICHARD WILLIAM PORTILLO RODRÍGUEZ, inscrito en el inpreabogado bajo el Nro. 114.738, actuando en su carácter de apoderado judicial de la parte actora, ciudadano GEORGE GUILLERMO HERNÁNDEZ CARRASQUERO, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nro. V-3.111.566, en el cual solicita se decrete medida de prohibición de enajenar y gravar; este tribunal para resolver observa:
Exige el solicitante, se le conceda medida preventiva de Prohibición de Enajena y Gravar sobre un bien inmueble, ubicado en la Urbanización La Trinidad, calle 54B, No. 15B-16, Jurisdicción de la Parroquia Juana de Ávila del Municipio Maracaibo del estado Zulia, constituido por una casa de habitación de dos (2) plantas y el terreno sobre el cual esta construida y cuya construcción es de paredes de bloques, techos de platabanda y pisos de granito, cuyas características son las siguientes: PLANTA BAJA: dos (2) dormitorios, dos (2) salas de baño, cocina comedor, sala, porche, garaje y lavadero; PLANTA ALTA: cuatro (4) dormitorios con tres (3) salas de baño y terraza, todo lo cual consta de una superficie de CIENTO SETENTA METROS CUADRADOS (170Mts2), comprendido dentro de los siguientes linderos y medidas: NORTE: Con calle 56A y mide OCHO METROS CON CINCUENTA CENTIMETROS (8,50mts); SUR: Fondo con la calle 54-B y mide OCHO METROS CON CINCUENTA CENTIMETROS (8,50mts); ESTE: Lado con avenida 15B y mide VEINTE METROS (20mts); OESTE: Lado con casa No. 15B-24 y mide VEINTE METROS (20mts); sobre el cual mi representado tiene el 22.916% del valor del inmueble, por haber adquirido el 8.333% con ocasión de la apertura de la sucesión de su difunto padre, y el 14.583% por haberlo adquirido mediante documento de compra venta con la ciudadana MARCOLINA CARRASQUERO viuda de HERNÁNDEZ, tal y como está suficientemente explicado en la pieza principal, según documento registrado por ante la Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro Público del Municipio Maracaibo del estado Zulia, de fecha 06 de junio de 1997, anotado bajo el Nro. 42, Protocolo Primero, Tomo 27.
Dentro de este marco, esta operadora de justicia, a los fines del decreto de la cautela solicitada, se encuentra en el deber de analizar la acreditación de los presupuestos y requisitos exigidos por la vía de causalidad contenidos en el artículo 585 Código de Procedimiento Civil, a saber del FUMUS BONIS IURIS, o verosimilitud del buen Derecho y PERICULUM IN MORA, condición que traduce el temor objetivo por parte del pretensor, de ver frustrado su derecho, por conductas inherentes a la parte demandada.
Bajo esta óptica, los extremos exigidos en la disposición cuyo tenor se aplica, comportan igualmente las condiciones necesarias para el uso del poder cautelar general reconocido al juez por el parágrafo primero del artículo 588 ejusdem, el cual circunscribe o delimita la potestad jurisdiccional, al cumplimiento de los requisitos exigidos por la vía de causalidad.
Es por ello que se requiere de la ponderación de los elementos necesarios para el otorgamiento de la cautela, sin que ello suponga emitir opinión sobre la procedencia del derecho que se reclama.
Por criterio reiterado, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político Administrativa, ha asentado lo que a continuación se reproduce:
“Es criterio de este Alto Tribunal que el poder cautelar debe ejercerse con sujeción estricta a las disposiciones legales que lo confieren, y por ello la providencia cautelar sólo se concede cuando existan en autos, medios de prueba que constituyan presunción grave de la existencia del riesgo manifiesto de quedar ilusoria la ejecución del fallo, así como del derecho que se reclama, por tal razón es imperativo examinar los requisitos exigidos en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la presunción grave del derecho que se reclama (fumus boni iuris) y el peligro grave de que resulte ilusoria la ejecución de la decisión definitiva (periculum in mora).
Con referencia al primero de los requisitos (fumus boni iuris), su confirmación consiste en la existencia de apariencia de buen derecho, pues cuando se acuerda la tutela cautelar no puede prejuzgarse sobre el fondo del asunto planteado. Puede comprenderse entonces como un preventivo cálculo o juicio de probabilidad y verosimilitud sobre la pretensión del demandante; correspondiéndole al juez analizar los recaudos o elementos presentados junto con el libelo de la demanda, a los fines de indagar sobre la existencia del derecho que se reclama.
En cuanto al segundo de los requisitos mencionados (periculum in mora), ha sido reiterado pacíficamente por la doctrina y la jurisprudencia, que su verificación no se limita a la mera hipótesis o suposición, sino a la presunción grave del temor al daño por violación o desconocimiento del derecho si éste existiese, bien por la tardanza de la tramitación del juicio, bien por los hechos del demandado durante ese tiempo tendentes a burlar o desmejorar la efectividad de la sentencia esperada”.

Así pues, esta Juzgadora pasa a analizar detenidamente y de manera puntualizada los requisitos materiales o de fondo necesarios a los fines del otorgamiento de la medida cautelar solicitada en la presente causa:
FUMUS BONIS IURIS
DE LA VEROSIMILITUD DEL DERECHO QUE SE RECLAMA.

Erigido el dictamen cautelar en el juicio hipotético realizado en sede jurisdiccional, sobre el eventual éxito de la pretensión del demandante in iuditio deductae, requiere, como bien lo advirtió el autor PIERO CALAMANDREI, en su imperecedera obra PROVIDENCIAS CAUTELARES, de una sumaria cognición que le permitiere al titular del oficio jurisdiccional, obtener elementos probatorios que hicieren emerger en su conciencia cognocente verosimilitud o mera apariencia de la procedibilidad en derecho de la pretensión debatida.
En torno a los argumentos precedentemente transcritos, esta operadora de justicia observa que la verosimilitud del derecho invocado, a saber, el “fumus boni iuris”, no es un “juicio de verdad”; en todo caso, alude a un cálculo de probabilidades de que quien invoca el derecho, es su titular. Así pues, en el caso sub-examine, se observa que a los fines de fundamentar el FUMUS BONIS IURIS, el solicitante acompaña los documentos que a continuación se reproducen:

-copia certificada del documento de propiedad del inmueble objeto del presente litigio.-

De modo que, siendo necesaria la sola “presunción”, y no una certeza del derecho reclamado, esta juzgadora pondera este soporte instrumental como indicio del derecho que se reclama; y lo valora de conformidad con lo dispuesto en el artículo 510 del Código de Procedimiento y 1.399 del Código Civil vigente, y siendo que, se verifica una argumentación fáctico jurídico consistente desde el punto de vista lógico que conduce a esta sentenciadora a la convicción de que la acción principal ha de ser estimada; éste Tribunal considera que se encuentran llenos los extremos exigidos por la Ley de la verosimilitud del buen derecho (FUMUS BONIS IURIS). ASÍ SE DECLARA.
PERICULUM IN MORA
DE LA VEROSIMILITUD EN LA FRUSTRACIÓN DE LA PRETENSIÓN
POR EL DECURSO PROCEDIMENTAL.

La urgencia en evitar la frustración del eventual derecho aducido por la parte demandante como fundamento de su pretensión, aunado al sustento mismo de la tutela asegurativa preventiva, a saber, evitar que se frustre o quede ilusoria la tutela jurisdiccional, es la ratio essendi del presente requisito, en otras palabras, es la presunción grave de que la ejecución del fallo pueda resultar ilusoria, en términos del artículo 585 del Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, con el objeto de asegurar la legitimidad del ejercicio de la potestad jurisdiccional preventiva, se exige del solicitante, la acreditación sumaria de elementos probatorios, que hagan emerger en el juzgador verosimilitud simple de la premura en la protección de la situación fáctica, durante el iter procesal.
Ahora bien, según lo planteado por el sistema dispositivo, recae sobre las partes a lo largo del desenvolvimiento del proceso, la obligación de identificar señalar y determinar los hechos y elementos alegados que a bien tengan, con el fin de lograr la pretensión incoada con arreglo a lo establecido en la Ley.
Bajo esta perspectiva, este Tribunal observa que los soportes instrumentales aportados y los hechos alegados al presente proceso, dirigidos a demostrar el supuesto peligro de infructuosidad en la ejecución del fallo, son suficientes a los fines de emerger en esta sentenciadora verosimilitud simple de la premura en la protección de la situación fáctica, durante el iter procesal, ya que, tal peligro se encuentra latente, por el solo hecho de que el demandado, mediante la ejecución de un simple acto de traspaso de dominio, enervaría la legitimación del sujeto pasivo del proceso. ASÍ SE DECIDE.
Y para acreditar tal requisito consigna a las actas documento de propiedad del inmueble objeto del presente litigio.-
En consecuencia, acreditada la pretensión a través del soporte instrumental al que hace referencia el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, y requiriéndose solamente la constatación por parte de ésta operadora de justicia, la cual fue realizada en la forma establecida, aunado al cumplimiento de los requisitos exigidos por la vía de causalidad contenidos en el referido artículo, este JUZGADO CUARTO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÒN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 585 y 600 ejusdem, DECRETA MEDIDA DE PROHIBICIÓN DE ENAJENAR Y GRAVAR, sobre un inmueble ubicado en la Urbanización La Trinidad, calle 54B, No. 15B-16, Jurisdicción de la Parroquia Juana de Ávila del Municipio Maracaibo del estado Zulia, constituido por una casa de habitación de dos (2) plantas y el terreno sobre el cual esta construida y cuya construcción es de paredes de bloques, techos de platabanda y pisos de granito, cuyas características son las siguientes: PLANTA BAJA: dos (2) dormitorios, dos (2) salas de baño, cocina comedor, sala, porche, garaje y lavadero; PLANTA ALTA: cuatro (4) dormitorios con tres (3) salas de baño y terraza, todo lo cual consta de una superficie de CIENTO SETENTA METROS CUADRADOS (170Mts2), comprendido dentro de los siguientes linderos y medidas: NORTE: Con calle 56A y mide OCHO METROS CON CINCUENTA CENTIMETROS (8,50mts); SUR: Fondo con la calle 54-B y mide OCHO METROS CON CINCUENTA CENTIMETROS (8,50mts); ESTE: Lado con avenida 15B y mide VEINTE METROS (20mts); OESTE: Lado con casa No. 15B-24 y mide VEINTE METROS (20mts); sobre el cual mi representado tiene el 22.916% del valor del inmueble, por haber adquirido el 8.333% con ocasión de la apertura de la sucesión de su difunto padre, y el 14.583% por haberlo adquirido mediante documento de compra venta con la ciudadana MARCOLINA CARRASQUERO viuda de HERNÁNDEZ, tal y como está suficientemente explicado en la pieza principal, según documento registrado por ante la Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro Público del Municipio Maracaibo del estado Zulia, de fecha 06 de junio de 1997, anotado bajo el Nro. 42, Protocolo Primero, Tomo 27.
En este sentido, se acuerda hacer la participación correspondiente al Registrador Inmobiliario antes mencionado.- Líbrese oficio.
LA JUEZA PROVISORIA:

DRA. INGRID VÁSQUEZ RINCÓN LA SECRETARIA:

MARIA ROSA ARRIETA FINOL.

En la misma fecha se oficio bajo el No.893-2015 y se publicó bajo el No.46.-

LA SECRETARIA:

MARIA ROSA ARRIETA FINOL









IVR/nayith-