REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
TRIBUNAL DE PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA
SALA DE JUICIO – JUEZ UNIPERSONAL No. 03
Maracaibo, 26 de septiembre de 2011
201º y 152º
Recibido del Órgano Distribuidor la presente solicitud de Divorcio con fundamento en el artículo 185-A del Código Civil, presentada por los ciudadanos Manuel Segundo Hernández Vera y Yelitza del Carmen Hernández, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nos. V-12.622.253 y V-13.371.401, asistidos por la abogada en ejercicio Magali Caraballo, inscrita en el Inpreabogado bajo el No. 52.004; en relación con los adolescentes (nombre omitido artículo 65 LOPNNA), de dieciséis (16) y trece (13) años de edad, respectivamente; désele entrada, fórmese expediente y numérese.
En primer lugar, este Tribunal pasa a pronunciarse sobre la admisibilidad de la presente solicitud en el siguiente sentido:
Para entrar a considerar la procedencia o no de determinada pretensión es necesario hacer por parte del Órgano Jurisdiccional un juicio de valor previo, que deviene en el conocimiento del asunto, para determinar de esta forma la admisibilidad de dicha pretensión.
La admisibilidad como requisito indispensable para la prosecución de un proceso, procura que el Órgano Jurisdiccional detente la obligación legítima del Estado de monopolizar la función jurisdiccional de administrar justicia, y una vez que el Tribunal admita la pretensión que dio origen a la activación del aparato jurisdiccional, deviene todo el decurso del proceso, solicitud o recurso, según sea el caso.
De lo anterior debemos deducir que para que una pretensión o solicitud sea procedente, previamente debe ser admisible, por lo tanto, como expone el autor Rafael Ortiz Ortiz:
“No todo lo admisible es procedente, pero todo lo procedente es admisible”.
Ahora bien, el juicio de valor que hace el Órgano Jurisdiccional respecto a la admisibilidad de la pretensión es previo a todo conocimiento del Juicio, por cuanto el mismo determina la posibilidad de que el Tribunal cumpla o no con la función jurisdiccional, se entiende que es una decisión dictada a priori sobre la posibilidad o no, en primer lugar, si la pretensión pueda ser tramitada y decidida conforme a la ley; y, en segundo lugar, si el Órgano Jurisdiccional puede tramitarla y decidirla conforme a la ley, no por argumentos legales sino por circunstancias que atenten o menoscaben los principios constitucionales (como el debido proceso), la legitimidad del Estado para ello y si es violatorio al estado de derecho que enmarca las actuaciones jurisdiccionales.
Es por ello que la admisibilidad o no de la pretensión implica el orden público, las buenas costumbres y el debido orden procesal, el cual está dado por causales taxativas que determinan la admisión o no de dicha pretensión, constituyendo ello los principales requisitos de admisibilidad, a saber: que no sea contraria al orden público, a las buenas costumbres y a alguna disposición legal, de conformidad con lo establecido en el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil.
En el presente caso, este Tribunal observa que del contenido del escrito de solicitud presentado por los cónyuges, expresamente se lee:
“Constituimos nuestro hogar conyugal en la urbanización La Marina, bloque 2, piso 1, apartamento No. 1, en jurisdicción de la parroquia Juana de Ávila, de esta ciudad y municipio Maracaibo del estado Zulia; en donde vivimos de manera armoniosa y cónsona cumpliendo cada uno de los deberes que nos impone el vínculo matrimonial, concretando de manera efectiva nuestras metas comunes en aras de valores de mayor jerarquía, como lo construye el objeto que se tiene como norte dentro de la cédula fundamental de la sociedad que es la familia; hasta el día quince (15) de noviembre de 2006, cuando por distintas razones decimos no continuar con la vida en común, por cuanto la misma resultaba imposible de sostener…” (…)
“…Es por lo que de conformidad con lo establecido en el artículo 185-A del Código Civil vigente, y habiendo transcurrido más de cinco (5) años de separación de hecho, en este acto ocurrimos ante este Tribunal a solicitar formalmente, como en efecto lo hacemos, la disolución definitiva de nuestro matrimonio y sea declarado nuestro divorcio”.
Por otra parte, establece el artículo 185-A del Código Civil:
“Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por mas de cinco (05) años, cualquiera de ellos podrá solicitar el Divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida en común”.
En consecuencia, en el caso que nos ocupa, la solicitud de divorcio presentada no cumple los requisitos legales correspondientes para su admisión, por cuanto puede constatarse con un simple cálculo matemático que desde la fecha de separación indicada por los cónyuges en el escrito de solicitud, vale decir, el día 15 de noviembre de 2006, hasta la presente fecha, no ha transcurrido el lapso legal mínimo de cinco (5) años que es necesario que transcurra para poder solicitar el divorcio por ruptura prolongada de la vida en común; por lo tanto no cumple con el requisito indispensable expresado en el precitado artículo, por lo que la solicitud presentada debe declararse inadmisible. Así se establece.
Por los motivos expuestos, esta Sala de Juicio, Juez Unipersonal No. 03 del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad que le confiere la ley, resuelve:
Declara INADMISIBLE IN LIMINE LITIS, la solicitud de Divorcio con fundamento en el artículo 185-A del Código Civil, suscrita por los ciudadanos Manuel Segundo Hernández Vera y Yelitza del Carmen Hernández, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nos. V-12.622.253 y V-13.371.401, asistidos por la abogada en ejercicio Magali Caraballo, inscrita en el Inpreabogado bajo el No. 52.004; en relación con los adolescentes (nombre omitido artículo 65 LOPNNA), de dieciséis (16) y trece (13) años de edad, respectivamente. Así se decide.-
Ordena el archivo del expediente y devolver los originales. Déjese copia certificada de la presente sentencia.
El Juez Unipersonal No. 3 (Provisorio), La Secretaria,
Abg. Gustavo Alfonso Villalobos Romero Abg. Carmen Vilchez
En la misma fecha se registró la anterior sentencia en el libro de Sentencias Definitivas llevado por la Juez Unipersonal No. 3, bajo el No. 43.-
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